
Nuestro estómago, intestino, hígado, páncreas…y todo nuestro sistema digestivo, se pueden ver afectados por la actividad frenética del día a día, ansiedad, estrés y malos hábitos en nuestra alimentación. A lo largo de toda nuestra vida debemos estar atentos a todos los síntomas que puedan aparecer. Hoy, el Dr. Cueto y la Dra. Jiménez, especialistas en digestivo del Hospital Vithas Xanit Internacional, nos resuelven algunas dudas sobre este tema.
¿Por qué es tan importante vigilar todos los órganos que forman parte de nuestro aparato digestivo?
El aparato digestivo está compuesto por varios órganos bien diferenciados, pero todos participan en nuestra nutrición. Desde la boca al recto, sin olvidar las glándulas anejas (órganos que segregan líquidos digestivos capaces de transformar los alimentos en sustancias más simples para facilitar su digestión), nuestro aparato digestivo está diseñado para tomar los nutrientes de los alimentos y eliminar los deshechos. La alteración de esta función, o síntomas relacionados con ello, pueden ser el primer indicio de una alteración general en el aparato digestivo.
En los últimos años estamos viendo que cada vez aumentan más las enfermedades relacionadas con él, ¿a qué se debe?
Es cierto que las consultas sobre nuestro aparato digestivo y sus alteraciones son muy frecuentes, sobre todo porque el aparato digestivo tiene una gran relación con nuestro entorno y nuestro estilo de vida, y puede verse alterado cuando los modificamos. Además, cada vez somos más conscientes de nuestra situación de salud y consultamos más ante los primeros síntomas.
¿Cuáles son las principales enfermedades del aparato digestivo?
En la patología digestiva podríamos diferenciar 2 grandes grupos de enfermedades: las que tienen una alteración orgánica de base y las que no. En este segundo grupo englobaríamos aquellas enfermedades o síntomas en cuyo origen encontramos una alteración de la función digestiva en sí, tales como síndrome de intestino irritable o dispepsia funcional.
Si separamos el aparato digestivo topográficamente: en el tubo digestivo superior, los síntomas más frecuentes son los síntomas dispépticos (dolor o molestia gastrointestinal localizada en la parte central del abdomen superior) o molestias abdominales relacionadas con la ingesta; mientras que en el tubo digestivo inferior, los síntomas más frecuentes son los relacionados con la alteración en nuestro hábito intestinal.
¿Cuáles son la que revisten una mayor gravedad?
Los trastornos funcionales no suelen tener una enfermedad grave subyacente aunque pueden ser muy molestos para el paciente. Estos trastornos nos acompañarán durante nuestra vida, en épocas de forma casi desapercibida, mientras que en otras épocas, en las que nuestros hábitos exijan un sobreesfuerzo a nuestro aparato digestivo, serán más constantes y nos afectarán más. Los trastornos orgánicos sí puede tener una gravedad mayor.
¿A partir de qué edad se es más proclive a padecer una enfermedad relacionada con el aparato digestivo?
Cualquier persona puede quejarse de molestias digestivas o padecer síntomas propios del aparato digestivo. Dicho esto, hay que matizar que las personas jóvenes suelen describir síntomas leves, que sugieren trastornos funcionales. A partir de cierta edad, por ejemplo los 50 años, los síntomas pueden ser más relevantes y precisan un estudio más activo por parte de los médicos.
¿Afectan más estas enfermedades a mujeres u hombres o es indiferente?
Si hablamos de forma genérica, la patología digestiva afecta a ambos géneros por igual. Si concretamos en alguna enfermedad, algunas de las enfermedades del tubo digestivo sí pueden verse con más frecuencia en alguno de los dos géneros.
¿Muchas de estas enfermedades están relacionadas con la alimentación? ¿Qué hábitos saludables hay que seguir?
Una adecuada alimentación, tanto en calidad como en cantidad, es fundamental para cualquier enfermedad, así como para las enfermedades digestivas. Dependiendo de la enfermedad que tratemos, deberemos abstenernos de unos u otros alimentos. Pero en condiciones normales y para prevenir futuros problemas, una dieta variada y equilibrada, como es la dieta mediterránea, ha demostrado grandes beneficios para la salud. Esto debe acompañarse de una vida activa con ejercicio físico adaptado a la condición de cada uno, varias veces por semana, evitando el sedentarismo.
¿Qué consejos darías para cuidar nuestro aparato digestivo?
- Una buena alimentación que contenga todos los grupos alimentarios (hidratos de carbono, grasas, proteínas) en su correcta proporción.
- Evitar largos periodos de ayuno.
- Comer 5 veces al día para evitar ingerir grandes cantidades.
- Evitar el tabaco y no abusar de las bebidas alcohólicas.
¿Existen síntomas comunes en las enfermedades del aparato digestivo?
Sí, el dolor abdominal, las náuseas y vómitos, la diarrea o el estreñimiento son algunos ejemplos de síntomas que pueden presentarse en enfermedades muy diversas, la mayoría de ellas banales.
¿Cuándo se recomienda ir al médico?
En general, cuando comenzamos con un síntoma que por intensidad o persistencia en el tiempo no es fácilmente explicable debemos consultar con un médico. También ante la presencia de sangre en vómitos o heces o pérdida de peso inexplicable.
¿Cómo afecta la alimentación y los hábitos saludables en edad infantil para que pueda derivar en casos de enfermedad digestiva en edad adulta?
Recientes estudios han demostrado, por ejemplo, que la obesidad infantil predispone no solo a la obesidad en la edad adulta, sino que aumenta la frecuencia de otras enfermedades de muy diversa índole. En la infancia es más importante aún que en la vida adulta una correcta alimentación y una actividad física regular.
¿Qué hábitos entonces hay que seguir en la infancia para minimizar los riesgos?
Es fundamental mantener una dieta variada, rica en frutas y verduras, sin excluir ningún grupo alimentario (carnes, pescados, legumbres, cereales) y descender el consumo de productos ricos en azúcares añadidos como los refrescos, la bollería industrial, etc. Los niños deben realizar ejercicio físico varias veces por semana.
Hay que consultar con su médico cuando comencemos a detectar problemas de sobrepeso.